Cada
día, la fotografía se hace más popular y más común entre los
jóvenes y adultos. Todos sacamos fotos, en cualquier momento, las subimos a Internet, se las mostramos a nuestros amigos,
trabajamos con ellas o simplemente las guardamos pero, ¿Qué está pasando con
nuestra intimidad?
La
primera cámara digital aparece en 1990 y es la base de la creación de imágenes
instantáneas. Estas cámaras eran
accesibles para muy pocos, a pesar de que en la actualidad han bajado sus
precios y mejorado su calidad técnica, no sólo en máquinas fotográficas sino
también en computadoras, celulares e incluso televisores. Antigüamente, se usaban para retratar a familias y niños en ocasiones especiales,
posiblemente una vez en la vida.
Como
alguien que quiere dedicarse a la fotografía, ver cómo la gente la ejerce es
fabuloso. Creo que todo esto abre paso para que cada vez sea más accesible
estudiar ya que, al menos en Argentina, los precios son muy elevados para
algunos. Hay más cursos, tecnicaturas, muestras, fotógrafos, cuando antes esto
era muy raro. Que el mundo se llene de fotos es una hermosa manera de ver el
punto de vista de los demás, qué le gusta a cada uno y cómo prefiere
mostrárselo al mundo.
Pero
también cada vez hay menos momentos que nos guardamos para nosotros mismos. Las
redes sociales hacen que todos queramos mostrar a los demás qué hacemos, y una comida, por ejemplo, ya
no es simplemente eso. La preparamos para que todos los que están allá afuera
la vean. ¿Y los que están al lado nuestro? Estas nuevas tecnologías nos alejan
de los que apreciamos a nuestro alrededor, en un intento de acercarnos a los que
no conocemos.
Por: Sofía Quagliano
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