La acrobacia es una actividad deportiva y también en un arte
escénica que implica equilibrio, agilidad y coordinación.
Nos sirve para
desarrollar la libertad de movimiento, la precisión, la audacia, la agilidad,
la fuerza, el dominio total del cuerpo en el espacio. Si estás en una situación
tensa, hacer actividades físicas puede ayudarte
a distenderte y, en este caso, las
acrobacias aéreas pueden relajarte,
ya que en los elementos (trapecio, lira o aro acrobático y tela) volás y te olvidás
de todo.
Es una
actividad social, ya que, por ejemplo, en el trapecio fijo te subís solo/a o
con un acompañante que puede hacer de portor o figuras junto a vos. También hay
una variante llamada “trapecio cuadrante”, en el que el trapecista realiza
acrobacias en los brazos del portor, que cuelga
del trapecio boca abajo.
En los
trapecios volantes, los trapecistas se lanzan impulsados desde un trapecio colocado
en un extremo de la pista. En este lanzamiento, realizan acrobacias, saltos
mortales y piruetas cada vez más difíciles,
hasta llegar al máximo de dificultad, que es el cuádruple salto mortal, que tan
sólo son capaces de realizar algunos trapecistas excepcionales.
En esta
disciplina también encontramos la “tela acrobática”, donde los artistas
realizan evoluciones coreográficas y acrobáticas, suspendidos de la misma. Puede ser en posición vertical o
invertida. Como en el elemento anterior, podés tener un acompañante que puede
hacer de portor o las figuras las hacés individualmente.
El portor
es un acróbata circense que sostiene o recibe a sus compañeros, tanto en el
trapecio como en los distintos elementos ya dichos.
En mi
opinión y por todo lo dicho, está demostrado que este deporte es saludable,
social, de mucho valor y coordinación de tu cuerpo ya que la
práctica de las telas
acrobáticas pone en movimiento toda la musculatura corporal,
es un ejercicio de alto impacto donde las piernas, el abdomen y los brazos se
reafirman.
Sosa, Agustina
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